sábado, 10 de marzo de 2012

¿Hasta cuándo es siempre?

Abrió la puerta de su terraza, para sentir el viento pasar entre cada uno de sus cabellos, para sentir los rayos del sol iluminando su piel. Se sentó en la hamaca y respiró hondo, sintiendo cada músculo de su cuerpo moverse.

Su melena ondeaba fuertemente con el viento, pero sus ojos permanecían cerrados, y en su imaginación estaban presentes un montón de contrariedades.
Intentó imaginar en qué momento comenzó todo y supo que jamás podría ubicarlo en el tiempo. Hacía mucho que no sentía esa sensación y tampoco supo encasillarla en buena o mala, sólo quería seguir sintiendo. Volvió a respirar hondo. Más allá de su cuerpo se respira un aire más fuerte y puro. No se por qué, pero le gusta la oscuridad y la densidad del tuyo. Ningún aroma se compara a él.

Empezó a abrir los ojos cuidadosamente asustados por el fuerte sol, que se estaban preparando para comenzar su nueva vida. Desprendiéndose del miedo y dispuestos a arriesgar.