miércoles, 4 de abril de 2012

Dulce adicción.

Y sí, yo también quiero acorralarte contra mi pared y hacer de ella el más erótico y bonito de los cuadros. Pasar, en un minuto, de invierno a verano. Recorrer tu piel, persiguiendo ese olor adictivo. Que me mires, que nos miremos. Entender, sin palabras, tus deseos, y cumplirlos. Enlazar mis manos con las tuyas cuando crea estar viendo el cielo. Sentir cómo se acelera tu latido y comprobar cómo, después, vuelve a la calma. Vivir ese segundo de silencio en el que más se transmite. Tengo ganas de tí.

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